miércoles, 31 de diciembre de 2008

Encuesta


Ahora que nos acercamos a un aniversario más de la Revolución más longeva del planeta, una Revolución que hace considerar por primera vez la brevedad del período jurásico es un buen momento para proponer el siguiente test de personalidad:

1.- ¿Qué es la Revolución Cubana?

A_ Un proceso histórico
B_ Un proceso geológico
C_ Un desastre natural
D_ Un desastre artificial
E_ Un sobrenombre de Fidel Castro
F_ Una mala costumbre

2.- En su opinión el triunfo la Revolución Cubana en 1959 fue:

A_ Una necesidad
B_ Una casualidad
C_ Un error de cálculo
D_ Perfectamente prescindible
E_ Un plan de Batista para convencernos que después de todo no era tan malo

3.- ¿Cuál fue la causa principal de la Revolución Cubana?

A_ La dictadura de Batista
B_ La dictadura de Fidel
C_ La Enmienda Platt
D_ El descubrimiento de América
E_ El complejo nacional de grandeza
F_ El complejo de inferioridad nacional
G_ Una súbita caída del coheficiente de inteligencia del pueblo cubano

4.- Fidel Castro es comunista:

A_ desde 1959
B_ desde 1953
C_ desde que nació
D_ de vez en cuando
E_ siempre que no sea la hora de comer

5.- ¿Cuál según usted es la importancia de la Revolución Cubana?

A_ Puso a Cuba en el mapa (sin ánimo de ofender a Juan de la Cosa)
B_ Puso a los cubanos en todas partes del mapa, incluyendo Cuba
C_ Descubrió que todo el Universo giraba alrededor de Cuba
D_ Ubicó a los cubanos entre los grandes pueblos navegantes de la Historia junto a los fenicios y los vikingos

6.- ¿Cuál es el principal logro de la Revolución Cubana?

A_ La salud, la educación y el deporte.
B_ La salud, la educación y el deporte vistas en el noticiero cubano de televisión.
C_ La Ley de Ajuste Cubano.
D_ Miami.

7.- ¿Cuál ha sido el principal fracaso de la Revolución Cubana?

A_ El desayuno
B_ El almuerzo
C_ La comida
D_ El transporte
E_ El respeto a los derechos humanos
F_ La realidad

8.- ¿Cuál ha sido el efecto más importante de la Revolución Cubana en su vida personal?

A_ Ha estimulado su interés por el aprendizaje de otros idiomas
B_ Le ha bajado el nivel de colesterol
C_ Le ha hecho apreciar más sus ancestros españoles, italianos, judíos o mexicanos impulsándolo incluso a adquirir sus respectivas nacionalidades
D_ Le ha desarrollado una potente alergia al color verde olivo, las colas y en general a cualquier reunión de más de diez personas

domingo, 28 de diciembre de 2008

Flojito, flojito

Con excepción de algunos artículos la cobertura de El Nuevo Herald por el medio siglo de la Revolución Cubana, ese penoso eufemismo, deja mucho que desear. El subtítulo de la serie ya nos pone sobreaviso “Cuba: la utopía errante” para luego machacarnos con los tópicos de siempre. En El renacer de las "sociedades de color" se va desde invocar la sospechosa autoridad de Pedro Pérez Sarduy hasta repetir lugares comunes que confunden a la Cuba prerrevolucionaria con la Alabama de 1950 (“En la Cuba anterior a la revolución, donde a los negros y los blancos pobres y sin educación se les negaba el acceso a los buenos trabajos y a los lugares elegantes”). Al final se resuelve la “noticia” que anuncia el titular con la información ligeramente retrasada de que “En 1998, un grupo de activistas afrocubanos fundaron la Cofradía de la Negritud” y que ahora cuenta con un no muy abundante total de 66 miembros. Y en el artículo 50 años de culto a la personalidad se entrega una nutrida colección de guataquería oficiosa sin entrar en el algo más complejo mecanismo por el que, desde el propio poder, se ha instituido dicho culto. La inexistencia de estatuas de Fidel Castro no hace el culto menos discreto o agobiante: apenas es una adaptación a la época de los medios masivos de comunicación. ¿Para qué se necesita una estatua si se tiene a la disposición todos los canales de la televisión y estaciones de radio encargados de trasmitir hasta la extenuación la imagen y la voz del Gran Líder? También en el artículo se ignoran por ejemplo:
-Las disposiciones legales para penalizar cualquier crítica o referencia poco respetuosa al dictador cubano bajo la figura penal de “desacato a la figura del Comandante en Jefe”.
-La meticulosa proyección pública de la imagen de Fidel Castro que incluye:
-la prohibición de facto de publicar fotos en la que Castro se vea en cualquier posición desfavorable (incluido ser sobrepasado en estatura por el acompañante excepto si se trata de deportistas) o en momentos poco edificantes como el de la comida o el descanso o el secretismo con que se guarda su vida privada.
-la construcción del marco teórico de la historia nacional a partir de frases dichas aquí y allá por el propio Comandante.
-la atribución desmedida de los escasos éxitos de la revolución y el empequeñecimiento de los aportes de los demás cuando no su negación total.
el empequeñicimiento de todos los demás.
-la sacralidad del verbo infinito del Comandante que sirve lo mismo para zanjar cualquier decisión por lejos que esté de sus supuestas atribuciones o para empapelar con letreros ciudades y carreteras.
-la invisibilidad de su vida privada destinada a reforzar su imagen sobrehumana.

Y así hasta el infinito. A este último artículo hay en cambio que agradecerle el desenterramiento de una joyita de la guataquería nacional. Es un poema publicado en La Jiribilla con motivo del magno resbalón que dio el susodicho hace 4 años en Santa Clara.


La única vez que
no quisimos fuese cierto


(Colectivo de las Oficinas del Comandante en Jefe)

Te sabemos regresando del futuro siempre

para decirnos dónde están el peligro y la justicia.


Te sabemos previendo los derrumbes

y nos sabemos confirmando mudos tus aciertos,

confirmando cuánto nos falta hacia tu altura

para ver del mundo lo que hace ya rato

desde cualquier sitio y madrugada describiste en lo perfecto.


Sabemos del 11 de septiembre,

caballero de arte de los sueños,

haciendo lo posible por un pueblo amigo

y diciéndoles con tiempo al fraude de sus dueños

que no era más terror ni más bombas, ni más odio

el regreso a la vida de sus muertos.


Conocemos tu confianza en la Venezuela pobre,

en verla levantarse de la gente humilde,

en ver a Chávez, antes de agosto, cuando no todos lo creían,

alzando airoso la espada de Bolívar en el referéndum.


Vivimos contigo los ciclones de la vida y del tiempo

y los de la naturaleza que solo por ti salen vencidos

sin fantasmas de este suelo.


Sabemos de tu meteorología

más exacta que la del propio Centro.


Sabemos de los Panamericanos y sus obras imposibles,

de la biotecnología increíble, del turismo y sus riesgos,

del arte y sus debates, de la educación

y tu empeño por tus clases en las Mesas,

y después de las tres últimas sabemos más que nunca

hasta de la ciencia eléctrica.


Sabemos tanto del destino nuestro por tu ejemplo,

que no hay otros que puedan como Cuba

marcar su rumbo en un mundo con tanto feneciendo.


Y cuando el niño sufrió del arrebato de la mafia del Imperio,

lo hiciste volver entre los brazos de su padre

sembrando ideas en batalla abierta contra los que ignoraban

que en el combate te crecen los aciertos.


Son tantos los futuros que nos cuentas

y tantos peligros que ahorras

a la Cuba necesaria de existencia

y tanto los presagios que no hay dudas.


Nunca has confundido la verdad y lo sabemos.


Pero ayer en Villa Clara cuando cronista del momento triste

nos dijiste de fracturas de tu brazo y de tu pierna

por primera y única vez te dudamos y quisimos en profundo

que el pronóstico instantáneo para consolarnos

fuera tu primera idea incierta.


Pero ya sabemos, gladiador de la verdad y gigante de la suerte,

que después de equipos y procesos

de nuevo hiciste el diagnóstico perfecto.


Qué lástima la nueva realidad,

era la única vez que no quisimos fuese cierto.

Qué suerte tenerte con tanta claridad, tanta grandeza

y tanta vida cuidando en todo por siempre nuestros sueños.

La violencia: vicio y beneficio

Juan F. Benemelis publicó el viernes en El Nuevo Herald un interesante resumen de la ambiciosa política exterior del castrismo en su variante más agresiva: creación y apoyo de guerrillas, sabotajes, robos, asesinatos, espionaje, extorsiones de todo tipo y hasta guerras regulares en casi cada rincón del mundo. Las causas de tanto desenfreno serían abundantes, desde la creencia en poder llevar a cabo una revolución mundial hasta el afianzamiento del gobierno cubano en la arena internacional y singularmente en el campo socialista.
En ese escenario Castro era consciente que tenía bien poco que ofrecer excepto ingentes cantidades de agresividad y audacia, las mismas virtudes que hicieron que los mafiosos italo americanos impusieran su ley en las grandes urbes de Norteamérica. Eso es lo más obvio y los réditos de esa política siguen siendo cobrados puntualmente por la política exterior cubana. Menos evidente sin embargo es la explicación de esta política por causas internas. No se debe olvidar que Fidel Castro es descendiente político de la revolución del 30. Sin participar en ella había comenzado a hacer sus armas entre organizaciones gangsteriles que se atribuían -cada vez con menos convencimiento- la culminación de las esperanzas frustradas de aquella revolución. Estando entre ellos aprendió una impagable lección: las revoluciones inevitablemente crean un exceso de hombres de acción. De gente deseosa de probar su valía a través del ejercicio de la violencia. La gloria y el poder al alcance de ráfagas de metralleta.
Esa había sido la razón por la que Cuba fue el país que más combatientes aportara a la guerra civil española; o la que explica la abundancia de grupos acción en los años treinta y cuarenta que, entre las siglas que elegían, sin falta reservaban una “R” para el adjetivo “revolucionario”; o por la que se hizo tan fácil reunir cientos de voluntarios (entre ellos el futuro Comandante en Jefe) en la abortada expedición antitrujillista de Cayo Confites.
Castro sabía que la estabilidad interna del país en buena parte dependía de ofrecerle a estos eternos aspirantes a héroes empleos acordes a sus ambiciones. Los fusilamientos masivos de 1959 no sólo buscaban arrasar con un ejército –en su mayor parte buenamente entregado más que derrotado- sino borrar cualquier resquicio del que pudieran agarrarse futuros vengadores de cualquier justicia insatisfecha. Pero Castro sabía que eso no era suficiente para borrar la nostalgia de la acción y ya desde ese mismo año organizó invasiones a Panamá y Santo Domingo.
Impulsar las inquietudes hacia aventuras externas para apaciguar el fuego de los más inquietos -como lo demuestra ejemplarmente el caso del Che Guevara- fue una de las principales conclusiones del maquiavelismo castrista. Y esa inquietud debidamente enfocada servía a la perfección a sus planes de expansión irregular, a su imperialismo guerrillero. Así el Comandante acumulaba favores que luego cobraría en palacios presidenciales y parlamentos de todo el mundo cuando no en las propias Naciones Unidas mientras a sus vasallos les dejaba la creencia de que eran protagonistas clandestinos de la Historia.
La fidelidad de esta casta de guerreros estaba garantizada porque ellos estaban conscientes de que su gloria oscura era difícil de canjear fuera del marco estrecho del poder que los había puesto en juego: sus misiones y heroicidades eran secretas por la naturaleza de su expansionismo lo que de paso garantizaba que la sombra de esa gloria no llegara siquiera a los pies del Gran Héroe.
A esos guerreros les bastaba pasear su aureola por los círculos más íntimos del poder donde en apariencia nada se les negaba hasta que les asignaran una nueva misión o cayeran víctimas de alguna proceso por corrupción o inmoralidad o del alcoholismo y la obesidad. (Un vecino mío que había entrado en el bunker de Somoza antes que los sandinistas y había reventado el puente de Oro sobre el río Lempa en El Salvador sufrió todas esas plagas mientras envejecía recordando sus hazañas, alimentando su cria de gaviotas con trozos de pollo y pegándole a la mujer. El principal trofeo que había obtenido en aquellas campañas –una foto recibiendo el saludo del Jefe- era trágicamente inservible).
Y asi funcionaban las cosas: los rusos pagaban el trabajo sucio mirando para otro lado mientras el Comandante ponía la mano de obra, tan apropiada -en su entusiasmo y plurietnicidad- para ser enviada a cualquier rincón del mundo. Hasta que llegó la perestroika y se fue el financiamiento y a la hora de recoger las tropas el Hombre tuvo a bien fusilar a algunos de sus condottieri más señalados para que el resto no se hiciese ilusiones de traer su insaciable inquietud de vuelta a la patria.
El asombro que causa hoy tanta pólvora y sangre gastada a mayor gloria de Fidel Castro tiende a convertirse en admiración incluso entre algunos de sus enemigos. Estos se sienten halagados en su orgullo nacional mientras calculan la cantidad de conflictos en los que Cuba se vio envuelta en contraste con el tamaño de la isla, el de su población o su escasa importancia económica. Para mí no hay más misterio que la apetencia postrevolucionaria de acción encauzada por alguien que, a su paso por el gangsterismo y la guerrilla, aprendió de sus peligros y conveniencias. Alguien que no había podido ganar siquiera una elección universitaria sabía que incluso en la paz la violencia era su única alternativa. Y no encuentro nada más peligroso que ese legado de admiración por la violencia que ha dejado este medio siglo. Ya presiento la nostalgia futura por aquella época en que fuimos un imperio harapiento, el tiempo en el que el viejo vicio de la guapería se convirtió en sistema.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Ramoncito a la carga

Ramon Fernandez Larrea estrena columna en MSN latino. Les pongo un adelanto:

Cómo salir vivo de la Navidad
Por Ramón Fernández-Larrea

Me desperté esa mañana y era la Navidad.
Mientras me estiraba en la cama, buscando alargarme unos centímetros, vi la nieve a través de la ventana.
La Navidad. Suena bien. Engaña. Ahora escucho desde la cama algo que parecen villancicos. Es mi vecina quejándose porque el marido ha vuelto a beber. Hay gente que comienza muy temprano a celebrar. Qué falta de cerebro. Yo evitaré hacer lo mismo, eso me hace un "descelebrado".
Lo primero que levanté fue la vista. Recordé que se celebraba el nacimiento de Jesús en un pesebre. Las autoridades sanitarias no se han pronunciado sobre eso, pero estoy convencido que si naces en un pesebre, rodeado de animales, con pésimas condiciones higiénicas, será difícil que llegues vivo a los treinta y cuatro años.
Después de levantar la vista alcé mi cuerpo. Este apartamento parece un pesebre. Tal vez necesite unas ovejas. Con un burro en una esquina y un buey echado en el centro, el niño Jesús se sentiría aquí como en casa.
Entonces, viendo que el espíritu de la Navidad no lograba anidar en mí, y no se escuchaba llanto de niño alguno, me senté y comencé a anotar en un papel las cosas que deberían hacerme infeliz si celebrara esta noche. Cosas que me caen peor que una maceta que se desprende del alero del piso siete. He aquí mi resumen. Los que estén de acuerdo, levanten la mano:
- Debería asistir a una cena familiar. Con los mismos. Uno da gracias a Dios de que alguien muera o caiga preso. Cambiaría el panorama. Sería un tema distinto de conversación.
- Debería soportar las mismas conversaciones: el tío que siempre cuenta cómo se fue a bancarrota. El otro que siempre habla de lo que le pasó en el ejército. La viejita que amarga el brindis diciendo que esta es la última Navidad que pasa con nosotros. El abuelo que al borde de las doce comienza a recordar a quienes ya no están. La prima que siempre presenta a su nuevo novio como si fuera “El hombre del año”. A la prima le dicen Watergate. Siempre le entran los hombres de noche para hacer el trabajo sucio. Una señora gorda que uno no sabe de dónde salió.
- Debería aguantar las mismas situaciones: el borracho que se empeña en convencerte de cuánto te quiere. Los niños saltando, gritando, pasando peligrosamente junto al árbol de navidad, más cargado que un autobús en la India. La señora gorda que uno no sabe de dónde salió, y que se pone romántica mirándote con insistencia.
- La gente que espera a ese hombre gordo vestido de rojo. Pienso que en esa descripción cabe Hugo Chávez, pero no, es Santa Claus, el hombre que entra por las chimeneas. Y uno se pone a pensar que en esa casa no hay chimeneas.


[sigue]

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Los cubanos y las Navidades

Los de Pica Pica me pidieron un texto sobre las Navidades y esto fue lo que alumbré no sin cierto esfuerzo. Sale hoy en Encuentro en la Red:

Los cubanos y las navidades
Por Enrisco

Los cubanos siempre han tenido problemas con la Navidad, ese producto extranjero. A los taínos, por ejemplo, nunca se les ocurrió celebrarle el cumpleaños a un judío que lo habían crucificado por decir que era el Hijo de Dios. Los taínos, indígenas agricultores preferían consumir dioses locales como Taicaraya (la diosa de la Luna) o Armalabuya (el dios de la música y la fiesta) en vez de dedicarle tiempo a un supuesto dios que nunca había visto de cerca una yuca. (“Una cosa es multiplicar los panes y los peces –diría el cacique- y otra muy distinta el casabe y las biajacas”). Por eso no fue hasta 1511, con el desembarco de Diego Velázquez, que en Cuba se empezó a cantarle happy birthday a Nuestro Señor. Es lógico pensar que los españoles –ocupados en fundar villas y quemar al indígena Hatuey- tuvieran que conformarse en aquella primera Nochebuena con un banquete de yuca y jutía, o sea exactamente el mismo menú con que en mi casa celebramos la Nochebuena de 1992, en pleno Período Especial. Y mi experiencia de aquella Nochebuena del 92 me dice que la celebración de esa práctica foránea –me refiero a la Navidad, no a quemar indígenas- no se hubiera mantenido en la isla desde 1511 hasta 1968 de no haber sido por la sustitución de la jutía por el lechón asado y el añadido posterior de Hatuey, ya convertido en cerveza (fracasado el intento de convertirlo al cristianismo esta conversión funcionó mucho mejor). Tal práctica extranjerizante fue desterrada oficialmente del calendario nacional cuando los cubanos decidieron que era preferible pasar el 24 de diciembre de 1969 cortando caña para producir diez millones de toneladas de azúcar que sentados en familia tragando marejadas de carne de puerco, arroz moro, yuca con mojo y turrones. Cuando las navidades regresaron en 1998 de la mano de un papa polaco ya eran totalmente irreconocibles con la yuca al precio de la carne de puerco, la carne de puerco a precio de oro y los turrones tan elusivos como los indios en las montañas de Baracoa ante el avance de Diego Velázquez. Por eso cuando los cubanos querían celebrar la Nochebuena como Dios manda (me refiero al dios Armalabuya) simplemente emigraban al extranjero aunque no siempre fuera fácil conseguir yuca en Estocolmo o un arbolito de navidad en el Sahara. Duro será este año cuando al bajarse de una balsa, un compatriota, deseoso de llegar a tierras de libertades y de arbolitos de navidad con más luces que todo Pyongyang, descubra que, debido a la crisis, su familia en Miami lo único que puede ofrecerle como banquete de Nochebuena es parte del cable que se está comiendo. Y entonces se pondrá nostálgico –porque no hay lujo más fácil de adquirir que la nostalgia- y recordará el cable que se estaba comiendo en Cuba porque –dirá suspirando- no hay cables mejores que los que ofrece la patria.

El puerco de Guamá

Nochebuena

Hoy no hay nada más urgente que expresar mi deseo de que pasen una feliz Navidad. Más allá de toda la mojiganga navideña esta noche vale por el placer reunirse y pasarla bien. Los dejo con lo que ya es un clásico del humor cubano: el recuento de Fermín Gabor de una antigua Nochebuena en casa de los Vitier.

Fina y Cintio contra el Lechón Jiribilla
¿Cuándo volverá? La Nochebuena, ¿cuándo volverá?

Fermin Gabor

Hace poco se jirinavideñizó La Jiribilla y entregó a sus lectores una postal, un cromito, una vitola, donde Cintio Vitier y Fina García Marruz se agencian un lechón de fin de año. Félix Contreras narra el episodio sin saber en cuál fecha datarlo: ¿fue en el 67 o en el 68 o en el 69? La cuestión, sin importancia al parecer, pesa lo suyo. Porque en 1968 Cintio Vitier dio un giro al timón del pisicorre familiar, tocó el violín y se hizo ñángara. Ubicar, pues, ese lechón en la biografía del matrimonio Vitier-García Marruz es trabajo pendiente para biógrafos.
¿Fintio y Cina abrieron como un zipper el pellejo tostado del lechón antes o después de que se produjera la conversión política de ambos? ¿Comían de ese lechón dentro del desacuerdo con el gobierno? ¿El asado aquel era fiesta en las catacumbas cristianas o jolgorio cederista? ¿Celebraban, junto al nacimiento del Niño Rey, otro aniversario de la Revolu Cubana? No es bobo Félix Contreras cuando dice no acordarse de la fecha en que buscó un puerquito para el diputado Vitier y señora. Pero ya hubiesen andado éstos o no el camino de Damasco, lo verdaderamente arduo de recorrer (más, con un puerco encima) era la carretera entre Pinar del Río y La Habana.
Parte Contreras en busca del lechón obtuso y clásico (de estos adjetivos culpen a Madame García Marruz) y, en plena Operación Barrio Adentro, celebra cónclave con la tía Amada, con Mayita y Macuca, con Joseíto y Asunción, con los primos Lazarita, Riguito, Adita, Ramonita y El Niño. Hasta con Mercy, tú. Y así les habla Contreras: “Caballeros, en La Habana hay un par de origenistas sin lechón que están hechos dos perros de Pávlov. Gente culta que ve la luz del imposible. Visitaciones van, visitaciones vienen, y ni un chicharrón crispa el fogón fragoroso. No transfiguran, llevan las miradas perdidas. Y a ver qué puede hacerse, gente mía, para que puedan encontrar el verdadero rostro de la Patria”.
A lo que el coro de parientes le riposta: “Ah pobreza irradiante, sol del mundo moral”.
Y la tía Amada, que se las sabe todas, echa a ver lo difícil de cursar que son las carreteras, erizadas como están de policías que examinan maleteros y jabucos. Así que es necesario encontrar la manera de pasar ese lechón por todas las aduanas que se extienden entre Pinar del Río y La Habana. Y lo compran y lo matan, lo limpian bien, lo afeitan. Y muy bien que lo envuelven, la cabeza asomante, y en cada uno de los detenimientos policiales el mandadero anuncia que lo que lleva ahí es una estatua del Apóstol destinada a Cintio y Fina, connotados estudiosos de su obra.
¡En un carro de hojas verdes a morir lo han de llevar! Félix Contreras narra el desenlace de esta aventura suya como contrabandista: “Y el dichoso lechón arribó, al filo del mediodía, todo un ‘héroe’ tras incontables avatares y montones de dinero en su inversión… Cuando lo deposité en el amplio salón, por supuesto seguido de ventanas cerradas (…), Fina, expectante, azorada, bañada en lágrimas, abrazada a Cintio, miraba al animal rendido a sus pies.”
Expectante la Fina, pues calculaba si el bicho aquel daría más carne que manteca (o viceversa). Azorada, por hallarse metida en vero contrabando. Bañada en lágrimas, porque el dolor resultaba tan cuantioso como esa magdalena proustiana que le traía en oleadas su pasado. Y abracada a Vitier porque, hasta tanto no pasara por un baño de naranja agria y unas horas de fuego, no podría ella pegarse al puerco.
Lo había anunciado ya, desde su primera frase, la más grande prosa escrita nunca por un cubano. Tan previsoramente como todo lo suyo, José Martí dejó anotado en su Diario de campaña: “Fina, mondongo, llorando ante el lechón”. Y ahora Félix Contreras avisa que no tiene reparo alguno en contar lo que le tocó hacer cuando (¿fue en el 72 o en el 99?) Cintio Vitier le comentó que Fina añoraba un bistec de res con papas fritas. Un bistec de res con papas fritas como aquellos de antes.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Encuesta

Un titular de Granma (El enorme privilegio de vivir en tiempos de Fidel) me sugiere un cuestionario a nuestros queridos lectores basado en una sola pregunta:
¿Cómo podría definir en pocas palabras lo que ha significado para usted el privilegio de vivir en tiempos de Fidel?

[Abajo (Fidel) la respuesta de Garrincha]

Más Guamases



miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nuevo aporte taxonómico: los anticastristas

No es buscando el equilibrio que añado a la clasificación de los castristas la de los anticastristas. Mi interés sigue siendo científico porque la fauna anticastrista no es menos diversa o interesante que la castrista. De hecho cubre un espectro bastante más amplio del sistema evolutivo y sus hábitats suelen ser igualmente variados aunque usualmente se les asocie con terrenos pantanosos tropicales como los del sur de la Florida pero igualmente se pueden encontrar en la isla desde Guanacabibes a Guantánamo auqnue allí por alguna secreta razón suelan ser más discretos. Propongo una clasificación de los ejemplares más comunes aunque no pretende ser definitiva ni mucho menos. Cualquier aporte será bienvenido.

-el antimachadista: "Y cuando aquello se caiga vamos a arrastrarlos a todos los culpables. Y luego colgarlos de una farola o una guásima".

-el discreto: “Criticar al castrismo no hace más que reforzarlo. Si todos fueran como yo y no dijeran nada, mañana o pasado aquello se caía”.

-el guapo: "¿Y tú que hiciste en Cuba? Porque yo sí que no dejé de enfrentármele desde el primero de enero de 1959…"

-el mormón: “Se acerca la hora de liberar a nuestros hermanos y a nuestra martirizada isla de la insania feroz del sangriento castrocomunismo. ¡Aleluya!”.

-el suspicaz: sospecha que todos los anticastristas son en realidad segurosos. Todos menos él, elegido por la Providencia para ser el único anticastrista real y verdadero.

-el solipsista: variante del anterior. Piensa que lo único real son Castro y él. Todo lo demás son apenas proyecciones de uno u otro, una acumulación de sensaciones.

-el aristócrata: “Sí, soy anticastrista pero no me confundan con la plebe vociferante de Miami”.

-el económico: “Soy anticastrista pero yo no pierdo mi tiempo criticando el castrismo. A mí avísenme cuando se caiga para ir a celebrar”.

-el beatificador: “Pinochet era un santo al lado de Fidel. Y hasta Hitler”.

-el humilde: “yo con un puesto de agregado cultural en Bélgica me conformo”.

-el solemne: “Como diría Martí: ‘Para Cuba que sufre, la primera palabra’”

-el divertido: “Juaaah, juaaah mira el bulto del culo plástico que tiene el Cagandante en Jefe al costado. Y ahora se hizo la raya al lado juaaah, juaaah”.

-el abogado: “Todos los cubanos somos inocentes excepto Castro que nos engañó y nos dijo que las balas eran de salva”.

-el fiscal: “Todos somos culpables o cómplices de los horrores del castrismo incluidos los disidentes (por no dejarse fusilar), los fusilados (por dejarse), los exiliados (por haberse ido), los mambises (por dejarse utilizar) y los taínos, por no haberse comido vivos a los españoles.

-el biográfico: “Fulanito que no se haga el anticastrista que bastantes patas partió en la universidad. Y Menganita en la primaria era tremenda comecandela y había que ver cómo se emocionaba en los matutinos”.

-el descriptivo: “Aquello es tremenda mierda”.

-el analítico: “Aquello es una mierda que además no funciona”.

-el utópico: “Cuando llegue la democracia a Cuba seremos prósperos como suizos y alegres como brasileños. Los carnavales durarán 364 días al año y por el cauce del Almendares correrá cerveza. Los cubanos todos nos amaremos unos a otros y hablaremos francés en vez de mierda”.

-el original: tiene la convicción de que el castrismo es en realidad fruto de una conspiración templaria o de un complejo edípico colectivo.

-el puro: su familia es anticastrista desde 1935. A él lo arrullaban en la cuna con La Voz de las Américas. Por no ser no fue ni pionero. Y ni quiso aprender a leer mientras vivió en Cuba para joderle el índice de alfabetización al régimen.

-el precoz: “Yo tenía 3 años y lo vi el 8 de enero de 1959 en el televisor de mi casa y dije: ese va a ser un dictador que va a ensangrentar al país durante medio siglo pero entonces mi papá me mandó a dormir”.

-el comparatístico: “No me hables de Auschwitz. La escuela al campo: eso sí era sufrir”.

-el iluminado: dirigió pelotones de fusilamiento, organizó golpizas y delató a su madre. Un día, cuando el régimen le había quitado el puesto y el carro descubrió que el objetivo de su vida había sido acumular la experiencia necesaria y poder compartirla con los televidentes en Miami en un programa de máxima audiencia.

-el decepcionado: piensa que Cuba ya no tiene arreglo. Que la única solución para Cuba es una invasión militar norteamericana y que el uso de la bomba atómica es altamente recomendable.

-nacionalista: su lema es “¡Cuba para la gente que no se haya dado de baja en la OFICODA”! Insiste en que para la transición cubana a la democracia sólo se deben emplear materiales locales. Todo interior, como los túneles. Propone sustituir la Declaración Universal de Derechos Humanos por una Circular Local de Derechos Cubanos.

-El desconfiado: cuando escuchó la noticia de la severa afección intestinal de Fidel Castro en el 2006 afirmó: “Eso no es más que parte de un plan del castrismo para perpetuarse en el poder”.

-el pesimista: no cree que vea el fin del castrismo. Ni siquiera su hijo. Por eso le hace repetir a su nieto “¡A-B-A-J-O F-I-D-E-L!”.

Tres

Son tres las publicaciones cubanas de humor que coinciden en estos días. Una es www.elbusdelenguaviva.com de la que forman parte Mario Barros (fundador del grupo Lengua Viva), Francisco Puñal, Félix, Pelayo (La Seña del Humor) y Carrillo (caricaturista y ex Leña del Humor). Otra es Pica Pica, la publicación de humor radicada en Miami que ahora saca su número navideño y cuenta con colaboraciones de Garrincha, Pong, Omar Santana, Aristides, Varela, Patricia, Boligán, Pelayo, Polo, Delga, Guicho, Simanca, Lauzán entre otros. Y por último Guamá que mete la cuchareta en el salpafuera que se armó entre la Primera Hija y la Bloguera Mayor.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Castristas: una propuesta taxonómica [ampliado]

Hay que reconocer que el castrismo ha evolucionado. Y diversificado. Si antes había una sola especie de castrista (el incondicional) ahora incluso el castrismo más duro sabe que no puede ser tan exigente y hay que echar mano a todo lo que se aparezca. Si antes todos los que se iban eran traidores ahora se pueden entender a aquellos compañeros que defienden la patria en el corazón del capitalismo o aquellos que en el interior ejercen la crítica constructiva (“sabemos que hay problemas pero digámoslos muy bajito no vaya a ser que el enemigo se entere de que hay dificultades con la comida y el transporte”). Y además de los castristas externos e internos puros los hay de intramuros con ventana a la calle y acceso a internet o externos con cuarto de invitados y entrevistas por la televisión nacional. Sería injusto dividir a los castristas por el lugar de residencia. Ya hay demasiadas divisiones entre los cubanos para inventar una más. Repasemos las variantes actuales de castristas clasificadas a partir de los argumentos que utilizan con más frecuencia:

-los históricos: hablan del tratado de París y de la enmienda Platt como si todavía estudieran vigentes, de Batista como si estuviera entrenándose en Miami para regresar y si hay problemas con el gobierno español hablarán de Hatuey como si hubieran ido a la escuela con él.

-los matemáticos: No tratan de demostrar la superioridad del castrismo. Apenas se conforman con un empate. “La Habana = Miami; Lincoln Díaz Balart = Fidel Castro; Canaleta = Gitmo; 75 = 5”.

-los nominalistas: “lo que esta mal no es el comunismo, sino el exceso de poder, de control y de burocracia del Partido Comunista en Cuba”.

-los cartográficos: “la Revolución ha puesto al Cuba en el mapa”.

-los biargumentales: “la salud y la educación y la educación y la salud, la salud…”

-los apolíticos: lo son estrictamente con respecto a Cuba. En relación con el resto del mundo son algo más sensibles y opinan sobre Irak como si tuvieran familia en Bagdad, del cambio climático como si fueran oso polares. Pero insisten, son apolíticos.

-los tolerantes: dicen que no se puede combatir el odio con el odio, que la violencia engendra violencia, y las malas caras engendran miradas travesadas. Todos debemos reconciliarnos: carceleros con encarcelados; torturadores con torturados; fusiladores con fusilados. Con todos debemos ser tolerantes menos con la mafia fascista de Miami a los que habría que aplastar a mandarriazos.

-los cosmopolitas: “¿Y qué? ¿La gente emigra? Los mexicanos también. ¿Hay apagones? Igual que en Dominicana. ¿Los funcionarios son corruptos? Lo mismo que en Chicago ¿Hay prostitución? No más que en Tailandia ¿No comen carne de res? En la India tampoco. ¿No hay elecciones? Tampoco en la Antártida. El mundo está lleno de esos mismos problemas y nadie se alarma por eso”.

-los tubérculos: “¿Cómo pueden criticar a la tierra que los vio nacer?”

-los circunstanciales: él normalmente diría otra cosa pero las circunstancias lo obligan. Cuando está adentro tiene miedo que no lo dejen salir. Cuando está afuera que no lo dejen entrar. Así que si hace falta lo mismo firma una carta pidiendo la libertad de los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio del Mal que apoya un fusilamiento.

-los demócratas: defiende la libertad de expresión del pobre castrismo, el derecho a la diferencia de los escasos totalitarismos ante la asfixiante opresión de las democracias burguesas.

-los ecologistas: variante sutil del anterior. Su argumento más que el derecho a la diferencia es el de la protección de la biodiversidad.

-los espirituales: “¡Defendamos el derecho a soñar! ¡Abajo el materialismo!”

-los previsores: “Lo que de verdad me preocupa es que en el día de mañana la isla esté inundada de McDonalds”.

-los lógicos: “Bush es malo. Ergo: Fidel es bueno. El cambio climático es malo. Ergo: la Revolución es buena”.

-los escépticos: “¿Asesinatos, torturas, represión? ¿Dónde están las pruebas?”

-los enterados: “¿Asesinatos, torturas, represión? ¿Por qué siempre insisten en lo que ya todo el mundo sabe?”

-los anticastristas complejos: admiten tímidamente que en Cuba hay una dictadura para a continuación determinar que el gran problema de Cuba son los exiliados y el embargo.

-los éticos: “¿Con qué moral van a criticar aquello si cuando estaban allí no se atrevían a abrir la boca?”.

-los místicos: “la Historia quiere que los cubanos coman ese cable coaxial que se llama Revolución porque al final les va a dar la razón”.

-los etnológicos: “Hace falta un gobierno autoritario para un pueblo tan díscolo como los cubanos.

-los agradecidos: “¿Cómo vas a criticar la Revolución si ella te ha dado todo, hasta esa ortografía con la que escribes?”

-los equilibristas: “Vamos a balancear las cosas para ser objetivos. Y si critican a Vilma Espín, que en paz descanse, también hay que criticar a la Madre Teresa de Calcuta que seguro algún defecto tenía que tener”

Granmamón (Guamá se pone pornográfico)

Libertad

El Comandante expresa su concepto de libertad:

Estadísticas

Para los amigos de las estadísticas aquí les pongo un fragmento de un artículo de Andrés Oppenheimer sobre los cambios en Cuba en el último medio siglo. No obstante no todo es tan sombrío. A pesar de que Cuba tiene la menor tasa de conección a internet de América Latina ocupa un dignísimo segundo lugar en el ranking mundial de la represión en internet. Una buena razón para ser optimistas.


Los cubanos de hoy tienen un ingreso per cápita más bajo que gran parte de los países latinoamericanos. Tienen menos televisores, teléfonos, computadoras y automóviles en proporción con su población que la mayoría de los países de la región y figuran en el último lugar de América Latina en porcentaje de personas con acceso a internet, incluso por debajo de Haití.

Y aunque en algunos rubros Cuba sale bien parada, como en la alfabetización y la mortalidad infantil, en otros deja mucho que desear. Cuba, por ejemplo, tiene uno de los índices de suicidio más altos de las Américas.

Antes de hablar de mis impresiones de cuando viajaba con frecuencia a la isla a principios de la década de 1990, veamos las estadísticas concretas.

En el aspecto positivo, Cuba tiene un 99.8 por ciento de alfabetización entre los adultos, uno por ciento más que Trinidad y Tobago, y una tasa de mortalidad infantil de 6 por cada mil nacidos vivos, un poco más baja que la de Chile, según el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2008. Eso convierte a Cuba en el país con la mejor tasa de alfabetización de adultos y mortalidad infantil en la región.

Sin embargo, según el Anuario Estadístico de la ONU de 1957, Cuba ya estaba entre los cuatro países latinoamericanos con más alfabetizados y con mayor porcentaje de consumo calórico en ese año, así como el índice más bajo de mortalidad infantil de la región. En otras palabras, Cuba ha ascendido tres puestos en la clasificación de alfabetización y ha conservado su primer lugar en el índice de mortalidad infantil.

En lo que respecta al ingreso per cápita, el Informe de Desarrollo Humano de la ONU --la fuente estadística favorita del régimen cubano-- indica que el ingreso per cápita de la isla es $6,000 anuales, aunque la cifra está acompañada por un asterisco que indica que se trata de un cálculo del gobierno cubano y que ``procuramos generar un cálculo más preciso''.

De hecho, Cuba se niega a calcular su ingreso per cápita según las normas internacionales. Lo mismo ocurre con el índice de pobreza. Cuba emplea métodos estadísticos internacionales en los sectores que le conviene, como en algunos rubros de la salud y la educación, pero se niega a hacerlo en áreas en las que no sale bien parada. El informe sobre la ONU deja en blanco el casillero que corresponde a Cuba en el rubro del porcentaje de la población que vive en la pobreza.

''Ni las Naciones Unidas ni ninguna otra institución internacional tienen la menor idea de cuál es el ingreso per cápita o la tasa de pobreza en Cuba porque Fidel [Castro] ordenó que el país usara su propia metodología'', dice Carmelo Mesa Lago, profesor de Economía retirado de la Universidad de Pittsburgh, que desde hace tiempo es uno de los analistas más serios de la economía cubana.

''Las cifras del gobierno cubano no son creíbles, lo que hace que todo el mundo tenga que usarlas con un asterisco o no usarlas en absoluto'', añadió.

Lo que se puede constatar es que el salario promedio de los cubanos es de alrededor de $20 mensuales, según lo han reconocido los medios oficiales, lo que daría un ingreso promedio de $240 anuales.

Incluso si uno quiere darle al gobierno cubano el beneficio de la duda y aceptar su dudosa cifra de ingreso per cápita de $6,000 anuales --que supuestamente toma en cuenta los subsidios a los alimentos, la salud y la educación--, Cuba ocupa el puesto número 21 en Latinoamérica, muy por debajo de países como Argentina, México, y Brasil e incluso por debajo de la República Dominicana, Surinam y Belice, según el informe de la ONU.

Otras instituciones internacionales publican cifras que ofrecen un cuadro aún más sombrío de la Cuba actual.

Mientras que en 1959 Cuba ocupaba el primer lugar de Latinoamérica en el porcentaje de familias con televisores, hoy sólo el 70 por ciento de las familias cubanas tienen televisor, comparado con 97 por ciento en Argentina, 93 por ciento en México, 83 por ciento en El Salvador y 76 por ciento en la República Dominicana, según los Indicadores Mundiales de Desarrollo de 2008 del Banco Mundial.

En lo que corresponde a los teléfonos, sólo 9 por ciento de los cubanos tienen acceso a un teléfono de línea fija y apenas 1 por ciento de la población está suscrita a un servicio de telefonía móvil, según las cifras del Banco Mundial, uno de los porcentajes más bajos de la región, muy inferior al de Honduras.

Lo que es peor, sólo 2 por ciento de los cubanos tiene acceso a internet. En comparación, 27 por ciento de los costarricenses, 10 por ciento de los guatemaltecos y 7 por ciento de los haitianos tiene acceso a internet, según las cifras del Banco Mundial.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Cannonball

Uno de mis saxos favoritos es el de Julian “Cannonball” Adderley. Aquí los dejo con dos piezas con su sexteto del que formaban parte Cannonball Adderley (saxo alto), Nat Adderley (trompeta), Yusef Lateef (saxo tenor, oboe, flauta), Joe Zawinul –el mismo de Weather Report- (piano), Sam Jones (bajo) y Louis Hayes (batería).

Primero: “Brother John”



Y de segundo: “Bossa Nova Nemo” (luego conocido como “Jive Samba”)

viernes, 12 de diciembre de 2008

Pianos

Una cena ligera pero sustanciosa. De entrante este dúo improvisado de Gonzalo Rubalcaba con Al Dimeola. De primer plato una versión apuradita del Blue Monk por el propio Thelonious bajo la mirada atenta de Count Basie y para rematar Bebo Valdés y Javier Colina tal y como se presentaron hará unos dos años en el Village Vanguard (la filmación por supuesto es en otro sitio pero el formato y la pieza es tal y como se presentó en el disco en vivo grabado en el club neoyorkino).

Guamá y Juventud Yénica

Guamá sigue imparable.



Por una agricultura menor

“Malanga”, una canción de René Herrera grabada por el Conjunto Casino en los años 50, resume uno de los proyectos revolucionarios más audaces que se hayan fraguado en Cuba, un país de por sí pródigo en tales proyectos. No se trata de buscar la igualdad social sino simplemente conseguir que un humilde tubérculo, un fruto menor (literalmente), acceda a la aristocracia de las frutas. Alguno dirá que de aquel polvo vinieron estos lodos. Veámoslo más bien como síntoma de una época que todavía se permitía tirar a relajo temas que ya en esa época se tomaban muy en serio. Los dejo con la letra:

“Malanga”

El caimito morado le gusta a la gente
El caimito está abandonado
El mamey colorado le gusta a la gente
El caimito sigue abandonado
En la lucha social de las frutas
No se ha podido lograr
Que la malanga entre en la aristocracia
Una injusticia social
Y sin embargo me gusta, me gusta, me gusta,
Me gusta la malanga
Que la malanga entre en la aristocracia
A la aristocracia le gusta la malanga
Que la malanga entre en la aristocracia
Etc.

*Si pudiera pondría también la música pero no sé cómo hacelo. Si alguien tiene idea de cómo se sube música a los blogs le agradecería la ayuda.

Nombres

Los padres cubanos siempre van a más. Luego de endilgar a sus hijos con la moda de las “Y” no han parado en su invención delirante de nombres. A continuación les transcribo algunos nombres sacados de las alineaciones de la presente serie nacional de béisbol. No incluyo aquí los Yunior, Yulieskis porque esos son ya parte de la normalidad. Uno de los más curiosos es Leugim (Miguel al revés como detectaría de inmediato Leonardo da Vinci). También hay nombres al parecer derivados de marcas comerciales como Rolexis y otros como Enoide supongo que inspirados en una parte del cuerpo que prefiero no conocer. El equipo de Las Tunas lo transcribo completo por su tipicidad en este sentido.

Pinar del Río
Norlis Concepción

Metropolitanos
Stayler Hernández, Irait e Iraklys Chirino

Isla de la Juventud
Rolexis Molina

Industriales
Leugim Barroso, Eliu Torres, Odrisamer Despaigne, Ebris Martínez

Habana
Danger Guerrero

Santi Spíritus
Ixis Valle, Ifreidi Coss, Yusdelvis Hernández

Villa Clara
Aleimi Díaz, Yolexis Ulacia

Ciego de Ávila
Lisdey Díaz González, Yorelvis Charles Martínez, Yogey Pérez Ramos, Yorbis Borroto, Jenny Reyes Lorenzo, Rusney Castillo Peraza, Alien Mora Sánchez, Cosmar Cervantes Domínguez

Santiago de Cuba
Adeinys Hechavarría

Holguín
Selme Angulo, Leris Aguilera, Yeisión Pacheco, Yeral William Sánchez, Edilse Silva, Liuber Concepción

GUANTÁNAMO
Luis Onelkis Rivera, Vizmay Santos, Enoide Fondín, Giorvis Duvergel, Kenen Bailly, Leonelkis Escalante, Yandri Lestapier, Leyán Lores, Dalier Hinojosa, Eglis Leliebre, Lander Moireira y Yoendris Silveira.

GRANMA.
Urmari Guerra Vargas, Yordanis Samón Matamoros, Yamel Morales Pérez, Yohenis Céspedes Milanés, Yoalbert Torres Aleaga.

MATANZAS:
Vaisel Acosta. Yasmany Arias, Youser Aguilar, Orelvis Chill.

CIENFUEGOS:
Adir Ferrán y Camilche Veloz, Erisbel Arruebarrena, Yoisnel Hernández, Islet Santiago del Sol, Iday Abréu.

Las Tunas
Receptores: Osdanis Montero, Yosvani Alarcón y Alexei Tanis; Cuadro: Joan Carlos Pedroso, Dánel Castro, Alexánder Guerrero, Yordanis Alarcón, Yordan Calaña, Yudier Rondón y Alexis Ávila; Jardineros: Osmani y Henry Urrutia, Andrés Quiala, Yordanis Scull y Jorge Johnson. Lanzadores: Yoelkis Cruz, Ubisney Bermúdez, Damichel González, Wílber Verdecia, Jesús Guerra Melgarejo, Yoendri Molina, Yudiel Rodríguez (Z), Alain Cortés, Félix Núñez Hernández, Dael Mejías, Alexei Sánchez (novato) y Billy Arias (Z). Mentor: Ermidelio Urrutia.

* No incluí a la tierra de los tinajones porque lo más raro que tiene es esto: Leinier Ricardo, Dari Bartolomé, Dayron Varona, Yormani Socarrás, Yunier Germán que como reconocerán ya casi son nombres comunes. Y el siempre redundante Jimmy Jaime. Ciertamente que el nombre más jodido que tiene la pelota cubana es el de un camagueyano, Vicyohandri Odelín, pero como ya es un viejo conocido ni me tomé el trabajo de ponerlo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Nadie escuchaba

“Nadie escuchaba”, el documental de 1988 de Néstor Almendros y Jorge Ulla sobre el presidio político cubano tenía para mí la consistencia de una leyenda: todos me hablaban de él pero nadie lo había visto (después descubriría que los que parecían más enterados no tenían la más mínima idea de lo que se trataba). Cuando lo vi al fin hace diez años me cambió la vida. Ver desfilar por delante de la cámara a hombres, mujeres, católicos, comunistas, intelectuales, campesinos, militares, negros y blancos que habían sufrido de manera más o menos uniforme esa máquina de moler carne humana que pronto va a cumplir medio siglo de reinado fue demoledor para quien como yo en aquellos tiempos de aquellos terrores sólo había oído ecos muy apagados. “Con tu película me di cuenta que yo era un anticastrista metafísico” le dije luego a Jorge Ulla el día que me lo encontré. Hoy parece llover sobre lo mojado, hurgar en viejas heridas pero en aquella década del ochenta en la que tantos seguían sin escuchar había que reunir mucho valor y voluntad para exponer una realidad que nadie quería ver. Ahí los dejo con “Nadie escuchaba”.

Yoani pide solidaridad



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miércoles, 10 de diciembre de 2008

18 razones



Son las que da El Imparcial digital para apoyar la marcha por los Derechos Humanos hoy en La Habana. Yo no necesito tantas. A veces ni siquiera pienso en ellas. Hay días en en que la vida te coge cansado, en que el nombre de ese país y los recuerdos que uno asocia a él te suenan inquietantemente remotos y uno cae en cuenta de que el futuro de esa isla no entra en nuestros planes personales como su presente no cabe en la vida diaria excepto como tema de conversación o de escritura. Pero basta tropezarse tropezarse con la terquedad sublime de tipos como Darsi Ferrer y sus golpizas anunciadas para desear que todo cambie y la realidad termine dándole la razón a tanta tozudez, como quien desea la victoria de un equipo débil, destinado irremediablemente a la eliminación en la primera ronda del campeonato. A esos que viven como si bastara con los deseos y todo el empeño que se pueda.

Glosa

El Tono de la Voz publica una especie de carta abierta de Hugo M. Cancio en el que se pregunta qué nos pasa a los cubanos. Al parecer no entiende por qué en Miami la gente estalla con provocaciones como las que soltó Pablo FG semanas atrás. Supone que la reacción sólo se puede explicar porque “varios presentadores de radio y televisión locales se lanzaron como aves de rapiña a despellejar en tiras, no tan solo la imagen del afamado artista o la del efímero promotor, sino la imagen del pueblo cubano al irresponsablemente exhortar a la intolerancia y la apatía” o por algún un desarreglo mental que afecta a los cubanos en Miami. Por un lado necesito que el propio autor me explique eso de “al irresponsablemente exhortar a la intolerancia y la apatía” (como sabemos la apatía es una actitud dificilmente exhortable). Por otro puedo aclararle que en el asunto del músico los cubanos no actuaron más que como cualquier otra comunidad en este país que por un razón más o menos legítima se siente ofendida. Así de ofendidos reaccionaron los negros norteamericanos con la emisión de un sello mexicano de un personaje negro de caricaturas que a ellos les pareció ofensivo y en México resulta un ícono popular, como ofendidos reaccionan otros cuando creen que cualquier medio masivo difunde algo ofende la imagen de su comunidad. En ese caso los cubanos de Miami no reaccionaron por razones muy distintas a la de cualquier otro grupo en casos similares: la ideología es lo de menos, lo importante es marcar el territorio. No se protesta masivamente por lo que cada día se dice en La Habana pero permitir que se diga en Miami sentaría muy mal precedente. Como mismo que los cubanos no somos especiales no debemos pretender ser menos sensibles a las ofensas que cualquier otro grupo del vasto tejido étnico que conforma este país.

Estoy plenamente de acuerdo con Cancio cuando dice que “son más las cosas que hoy nos unen [a los cubanos dentro y fuera de Cuba] que aquellas que nos separan”. Nos unen muchas cosas y nos separan apenas dos: la geografía y la política. Con la primera no podemos hacer mucho pero la segunda -a menos que lo consideremos un hecho sobrenatural- siempre podremos intentar algo. Algo nos pasa a los cubanos y ese algo es la dictadura unipersonal más extensa de la Historia moderna y esa, ahora con el relevo fantasmal de Compay Segundo (o sea, el hermano del Compañero en Jefe) no se ha acabado. Y si los cubanos de Miami, Madrid o Estocolmo tienen que pedir permiso para viajar a su propio país por un limitado número de días no es por cuatro viejos gritones que toman café en el Versailles. Si los cubanos de todas partes no pueden hacer negocios en Cuba o los de la isla no pueden acceder libremente a internet o a las publicaciones que deseen no se deberá en ningún caso a los berridos de Pérez Roura. Hoy seremos “más los que emigramos por razones económicas y sociales que por asuntos políticos” pero poco importan las razones que cada cual aduzca para salir de Cuba si al final el gobierno de su país trata a todos básicamente como desterrados y a los que emigran les permiten ir sólo de visita. No se puede “comenzar a cicatrizar heridas” cuando otros se ocupan en Cuba no de hablar de heridas pasadas sino de mantener frescas las del presente. No importa el deseo que tenga Cancio de ayudar a su familia o yo a la mía si las ayudas son o impedidas o gravadas con impuestos exhorbitantes. No importa que un médico o un deportista se trate de ir de Cuba por razones estrictamente profesionales porque al final se le tratará como desertor. “Hagamos un llamado a nuestra identidad nacional” nos dice Cancio -sin explicar bien cómo se convoca una identidad- para exigir de inmediato que “nuestro amor por Cuba y su pueblo debe ser incondicional”. Al final ningún amor es incondicional a menos que se le confunda con el masoquismo más extremo. No lo discuto como opción personal –cada cual que encuentre el placer donde pueda- pero no creo que esté bien que el señor Cancio exhorte a sus compatriotas, por mucho amor que diga profesarles, al masoquismo colectivo.
Si se fijan ninguna de las restricciones a las que aludo supondrían, de desaparecer, que el régimen cubano perdiera su bien conservada condición de dictadura. Ha habido muchas dictaduras que toleraban la libre circulación de sus ciudadanos, o el ejercicio de la libre empresa o el derecho a trabajar en el extranjero sin que pudiera dudarse de su carácter autoritario pero la nuestra al menos en lo que respecta en el control de los seres humanos y ciertas especies de cuadrúpedos es realmente excesiva. Como excesivo, imagino, le parecerá a Cancio que hoy mismo salga a la calle un puñado de compatriotas suyos a pedir respeto de los derechos humanos. Por algo tan elemental sin dudas serán ofendidos y golpeados por otros no menos compatriotas que sin embargo no comparten ese amor al paisano que inflama el pecho de Cancio. Más excesivo aún será que alguien exija democracia, elecciones libres y exquisiteces por el estilo cuando los compatriotas deberíamos amarnos o al menos tolerarnos con sólo poner un poco de nuestra parte sin aspirar a cambios que quién sabe qué nuevos males nos pueda traer (“Change” en Estados Unidos donde las cosas andan tan mal pero en Cuba con una manito de pintura será más que suficiente). Y le pido a Cancio que no tome a mal lo que digo. Después de todo somos paisanos.

martes, 9 de diciembre de 2008

Oda a Compay Segundo

El ex monaguillo Eusebio Leal se desdobla en un Martí de segunda con un siglo de retraso para cantar su Oda a Compay Segundo (o sea, el hermano del Compañero en Jefe):

“El general presidente Raúl Castro es el hombre más capaz y preparado para llevar adelante la tarea que le ha tocado realizar. Juntos se formaron –él y Fidel- en la misma realidad de la casa del emigrante que llegó a Cuba como leñador [aquí parece más bien un narrador de muñequitos rusos cuando se sabe que el “viejo inmigrante llegó a Cuba como mercenario del ejército español: Angel Castro aceptó sustituir por dinero a un hijo de rico llamado al servicio militar en Cuba]. Juntos fueron a la escuela y después vinieron finalmente a la gran ciudad. Juntos asumieron los riesgos de la revolución y de la sociedad cubana de la época. El más pequeño, Raúl, fue el último en bajar del yate Granma junto con el Che; el único que regresó a Cinco Palmas con las armas completas a encontrarse con Fidel; el fundador del Segundo Frente; también el estructurador del Ejército, esa fuerza tan organizada, probada en mil batallas y [fíjense en este triple salto mortal de la retórica] capaz de romper la espina dorsal del apartheid a otro lado del mundo; de abrir la celda de Mandela. Raúl enfrentó lo más difícil, que fue ser el dos y no el uno. Fue el más fiel ejecutor [que por ejecuciones no quede] y el hermano más fiel a una fraternidad de ideas. Durante largo tiempo tuvo en una cama a su esposa y a otro lado a su líder, jefe y hermano [una imagen sugerente aunque los personajes envueltos no consigan convertirla en erótica]. Y estuvo en los dos lugares. Cuando el pueblo vio la imagen del entierro de Vilma (su esposa), vio a un padre con su familia, a un hombre sensible, capaz de inclinarse y besar una caja de cenizas. Entonces fue menos temido [¿confesión de los sentimientos reales que inspira Compay Segundo?] y más amado. Él es el hombre [ya eso lo dijeron de Machado, Batista y Fidel pero en este caso la exageración es más notoria]. Hasta sus propios enemigos han reconocido que es el único capaz de conducir este momento de Cuba [¿a Zapatero lo cuentan como enemigo?]. Lo que sí está claro es que nunca hará nada que Fidel no haya considerado una necesidad [Aquí queda más claro lo de conductor: no es un chofer, sino un alambrito por donde pasa la corriente que emana del Delirante en Jefe. Es y será Compay Segundo hasta la muerte].”


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lunes, 8 de diciembre de 2008

Último tango en La Habana

Ya se estrenó en La Habana la película del Che con la crítica tibia y el público cálido según cuenta ese entusiasta eterno que es Mauricio Vicent. No tanto entusiasmo como con Fuera de liga, (el documental de béisbol que tuvo su Quinquenio Gris particular hasta que han decidido que no ofrece peligro a los espectadores) pero ya eso es algo. (“Segundo bate, jardinero izquierdo, Ernesto Guevara”). Un Che Guevara compitiendo en pie de igualdad con Marquetti es más de lo que se puede pedir a estas alturas. Sólo falta el Comentario en Jefe que a la épica local “Kagamba” ya le dedicó un par de reflexiones. De hecho su silencio hasta ahora ya es una opinión. No puede gustarle una película que lo deja desarmado: actor secundario en la historia del héroe que él se inventó y ni siquiera poder acusarla de contrarrevolucionaria porque la simpatía de los creadores por el biografiado está más allá de toda duda. Sospecho que se quede callado. O que cuando su silencio ya sea demasiado escandaloso escupa un elogio. Su Revolución, reviviendo viejas glorias gracias a Hollywood, necesita de ese sacrificio.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Cita

Esta cita del Comandante en Jefe que al parecer se le ha escapado a los analistas:

“Sin crisis económica, sin televisión y sin Internet, Obama no ganaba las elecciones venciendo al omnipotente racismo”

La verdad es que no había caído en cuenta la importancia que la electricidad ha tenido en estas elecciones. El Comandante tiene razón. Obama ganó de pura casualidad. Sólo la conjunción de una serie de detalles casuales hizo posible su victoria sobre el racismo norteamericano: sin electricidad, sin la ley de emancipación de Lincoln, o la de los Derechos Civiles (1964) o sin la anexión de Hawaii hoy Obama posiblemente no pasaría de calesero del alcalde de Honolulu. Lo que sí está claro es que el Comandante es conciente de que la combinación de crisis económica e internet es explosiva.

Sigue el corta y pega

Dos de las cosas más simpáticas e inteligentes que me he encontrado en la blogosfera cubana esta semana son una lista de César Reynel Aguilera de las “Razones cubanas para el comentario anónimo” (Penúltimos Días) y una entrevista a Ramón Fernández Larrea aparecida en La Superwoman.


Razones cubanas para el comentario anónimo
Para Manuel Sosa, el Señor de las Listas
1. Soy cobarde, lo he sido toda mi vida y lo seré hasta la muerte.
2. Mi nombre está tan enlodado que si firmo mis palabras las anulo.
3. Soy Fefa la del CDR y me fui de Cuba por razones ergonómicas (demasiadas manos que se ajustaban perfectamente a mi cuello).
4. Mi nombre vale, el que quiera verlo escrito que pague.
5. Hay verdades que ruedan mejor sin una firma.
6. Soy hombre a todo y no quiero desgraciarme (¿?).
7. Soy un filósofo, la plebe lejos.
8. Me cae mal el filósofo y no quiero que sepa que soy de la plebe.
9. Comento desde la pincha y el jefe me respira en la nuca.
10. Soy jefe en la pincha y hay nucas con lunares.
11. Soy castrista y, créanme, además de cobardes somos pocos y tenemos que reciclarnos (con el nombre en silencio ha tenido que ser).
12. Tengo familia en Cuba y negocitos con el consulado (aunque algunos de mis familiares son tan malagradecidos que pagan la conexión a internet con mi plata y después comentan, desde Cuba, con sus nombres verdaderos).
13. La regla de oro del boxeo es dar y que no te den (o sea, hay que gritar desde las gradas).
14. Me da pena tener tan mala ortografía.
15. Estoy casi seguro que mis comentarios son imbecilidades.
16. Me dan mala espina todos los rengloncitos esos que hay que llenar.
17. ¿Identidad? ¿Qué es eso?
18. Mi película preferida es Las tres caras de Eva.
19. Soy creyente y sé que la mayor parte de las veces Dios comenta desde el anonimato.
20. Me da mi real gana (comentario anónimo).
César Reynel Aguilera
Montreal
Agregan los comentaristas:
- Mi abuelita está vieja y no quiero dejar de verla. [Adición de La loca del Blog]
-[Yo, administrador del blog] quiero aparentar una concurrencia que no tengo, dando mis propias opiniones, disfrazadas. [Adición de Manuel Sosa]

Entrevista a Ramón Fernández Larrea
1-¿Qué significación tiene para usted este premio? ¿Qué puede decir a los consumidores que han votado por usted?

-Ah, ¿pero son consumidores? No sé si deba estar preocupado o contento. De todos modos agradezco que alguien se acuerde de mí, aunque sean sólo 22 personas en este mundo tan movido. Aunque me consuman.

2-¿Atribuye a su belleza que fuera uno de los más votados o cree que otros elementos han influido en la decisión de los electores?

-¿Belleza? ¿Qué belleza? La única belleza que vale es la interior. Posiblemente esa belleza interior mía fue invadida por esos elementos. Hay cada elemento…

3-¿Cuál es su secreto para hechizar a las mujeres?

-No lo tengo. Siempre el hechizado he sido yo.
4-¿Con cuántas mujeres calcula que se ha acostado en su vida?

-Con menos de las que hubiera querido, y con más de las que he podido. De todos modos, los caballeros no tenemos memoria. Y con alzheimer, menos….Es una lástima no recordar. Las hubo hermosas.

5-¿Qué es lo mejor y qué es lo peor en una mujer para usted?

-Lo mejor es cuando viene. Lo peor, cuando se va.

6-¿Si le dieran a escoger entre su belleza y su inteligencia, con cuál de ellas se quedaría?

-La inteligencia, por supuesto. Aunque si para que escoja me dieran a una mujer, prefiero que primero fuera bella. Ya después hablaría con ella.

7-¿Cuál es su opinión del blog La Superwoman, y en general de la blogosfera cubana?

-Recién lo he descubierto con esta noticia. Tengo poco tiempo para navegar por Internet. Aunque siempre robo unos minutos para un vuelo rasante por la blogosfera cubana y no cubana. Hay espacios y espacios. Me alegra la diversidad, que casi siempre es signo de libertad.

8-¿Complacería usted a los lectores enviando una columna semanal a La Superwoman?

-¿De qué material?

9-¿Cuál piensa que es el futuro de Cuba?

-Tengo la sospecha de que Cuba, en el futuro, será una isla.

Guamá y Macojo



Guamá sigue produciendo con su ritmo sin igual. Ahora hasta con un suplemente infantil: Macojo, un sobreviviente de la Batalla de las Ideas.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Con embargo o sin embargo?

Vuelve el tema del embargo (esta vez de la mano de Andrés Reynaldo y Ernesto Hernández Busto) entre cubanos el equivalente político al dilema del huevo o la gallina: el fin del embargo producirá la transición o sólo la transición deberá marcar el fin del embargo. A diferencia de la discusión sobre si el castrismo es bueno o malo no se basa necesariamente en cuestiones de fe. Se puede ser anticastrista y estar en contra del embargo y hasta se puede ser castrista y sospechar que el fin del embargo complicará las cosas para el régimen de sus amores. También ha sido usado por castristas disimulados para hacer avanzar su agenda anticastrista sólo en apariencia. No es el caso que nos ocupa. Yo mismo, dicho sea de paso siempre he estado en contra del embargo no sólo por su inefectividad para conseguir lo que supuestamente persigue sino por la parálisis que supone no sólo para la política norteamericana sino hasta para la oposición dentro y fuera de Cuba. Tampoco creo –y al menos en eso están de acuerdo Reynaldo y Busto- que el desmontaje del embargo va a traer un cambio decisivo en Cuba a corto plazo. No siempre fue así. Hubo un momento en que sí creía que de ser derogado el embargo el régimen cubano, incapaz de reaccionar ante una situación ante la cual no estaba preparado, terminaría desmoronándose. Eso fue en el período que va de la caída del Muro de Berlín y la aparición del salvavidas chavista, donde los retos del cambio de situación y las necesidades inmediatas del país superaban con mucho la capacidad de reacción de un sistema desvencijado y sin piezas de recambio.
Pero a pesar de coincidir con Reynaldo en lo básico (el levantamiento del embargo) debo señalarle dos objeciones a su artículo. Una es su afirmación de que “A lo largo del siglo XX, el proceso de nuestra construcción nacional estuvo enajenado por la intervención norteamericana en la guerra contra España, después de haber saboteado durante décadas la gestión autonomista e independentista, así como por la sumisión incondicional de nuestra soberanía republicana a Estados Unidos”. No es la cercanía de esta afirmación con el dogma castrista (que como los relojes parados tiene al menos la opción de tener la razón un par de veces al día) lo que me incomoda, sino lo lejos que está de la realidad histórica. Si en medio del entusiasmo que suscitó la entrada de Estados Unidos en la guerra fueron muy pocas las voces que se alzaron para pedir tímidamente que se refrenara en algo ese entusiasmo era porque existía la conciencia, --desmentida cómodamente un par de décadas después- de que las fuerzas del ejército libertador no eran suficientes para derrotar a los españoles. Sólo la demora en otorgar la independencia y las limitantes de la enmienda Platt consiguieron alguna oposición aunque sin llegar a la sangre o siquiera a la amenaza. Pero mis pruritos históricos son lo de menos. El simple hecho de invocar el pasado histórico por encima de las necesidades del presente es una manera de perpetuar el absurdo cubano. Un absurdo que aplicado por ejemplo, a México le impediría a un presidente de ese país a negociar nada con los norteamericanos a menos que le devolvieran California. Reclamar el fin del embargo sanciona de hecho la necesidad de incluir el factor norteamericano en el futuro cubano.
El fin del embargo, además de victoria propagandística –no mayor seguramente que el favor que le ha hecho a la propaganda castrista su mantenimiento- obligaría a cambios importantes en la política del exilio cubano como la del gobierno norteamericano arrellanados durante décadas en la conveniente inmovilidad que les proporciona el embargo. Marcaría un nuevo comienzo, si no promisorio al menos liberado de este complaciente estancamiento. Los cubanos debemos sentirnos responsables del destino de nuestro país, una lección que debemos aprender más de nuestro presente (ese que empezó en 1959) que del pasado: nunca han sido menos responsables los cubanos (con la excepción de los Castros) de lo que ocurre en su país que en el último medio siglo. Por decidir no hemos decidido ni quien es nuestro presidente. Pero, y esta es mi segunda objeción seria al artículo de Reynaldo, no es serio pensar que con el levantamiento del embargo “los cubanos de allá y de aquí, castristas y anticastristas, demócratas y antidemócratas, nos quedaremos con todo el peso de nuestro destino en las manos”. Los castristas seguramente exigirán compensaciones por las pérdidas provocadas por el embargo. El exilio por su parte reclamará -con razón- que con el fin del embargo no terminan las responsabilidades de los Estados Unidos con los cubanos aunque sea porque constituimos un pequeño pero no despreciable por ciento de los ciudadanos de ese país. En el más flexible de los casos un levantamiento del embargo debería tener en cuenta, mientras subsista el castrismo, limitaciones en cuanto a la concesión de empréstitos o la venta de armamentos o tecnología estratégica. Suena bonito eso de que los cubanos alcancemos por fin cierta responsabilidad, cierta independencia mental. Pero ignorar la presencia de los Estados Unidos y sus deberes para con la democracia en el continente (el mismo que le exigieron en su momento chilenos y argentinos) no nos hará ni más responsables ni más independientes.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Los tiempos cambian


No porque lo diga Mauricio Vicent, con ese optimismo a prueba de realidades, pero los tiempos, indudablemente, cambian. Los mismos policías, las mismas amenazas, la misma planilla con que antes citaban a un Vladimiro Roca o a Oscar Elías Bicet, ahora con los nombres de los blogueros. Cambia la actitud. Fíjense en ese desparpajo, esa reconfortante falta de dramatismo. La sonrisa y el orgullo con que enarbola un papel que cada vez da menos miedo. El desafío y la complicidad. Y ese cartel al fondo que lo dice todo diciendo lo contrario con una gracia reservada para cosas menos serias. Los tiempos cambian porque ella sabe que no está sola, que ahora mismo mirando esa foto –con un punto de angustia, es cierto- estamos todos nosotros.

H/T: www.penultimosdias.com

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Exposición en Miami


El pintor Carlos Rodríguez Cárdenas ha inaugurado una exposición en Miami en el Nkisi Project (4736 SW 74 Ave). Ya hubo una recepción el Lunes pero quedan otras dos el viernes (de 6 a 9pm) y el sábado (de 1 a 8pm).